Nuestra historia en el área de la ciencia del rejuvenecimiento empezó en 2016. Hasta ese momento, pensábamos que, aunque el envejecimiento significara la inevitabilidad de la muerte para nosotros y todos los que amábamos, era algo prácticamente imposible de revertirse o interrumpir dentro de algunas décadas. Sin embargo, ese año descubrimos que científicos ya habían conseguido descubrir muchos fenómenos importantes relativos al envejecimiento y al rejuvenecimiento que indicaban que el envejecimiento era un proceso reversible. Entonces, decidimos contribuir de alguma forma para acelerar la llegada de las tecnologías de rejuvenecimiento. 

Empezamos aplicando al rejuvenecimiento el conocimiento que habíamos acumulado en nuestra carrera de traductores, traduciendo de inglés y de español a portugués algunos libros importantes de la ciencia del rejuvenecimiento. Las formaciones de periodista (Nicolás) y de química (Nina) nos permitían producir traducciones y ediciones de calidad de estos livros de temática científica, y de esta forma, tradujimos y/o publicamos un total de 10 libros, a través de NTZ, la empresa editorial de Nina. Sin embargo, cuando publicamos en 2021 el libro "La ilusión del conocimiento" del biólogo Harold Katcher, nuestro rumbo en la ciencia del rejuvenecimiento cambió. 

Como la tecnología implementada por Katcher era, por lejos, la más prometedora del área, nos volvimos consultores de comunicación de la empresa en que él trabajaba, la Yuvan Research Inc., actuando de esa forma por 1 año y medio. Sin embargo, después de ese período, nos dimos cuenta de que esa no era la forma en que podríamos ayudar más efectivamente la ciencia del rejuvenecimiento, y dejamos de ser consultores de la empresa y empezamos a realizar videos de divulgación científica sobre el área de rejuvenecimiento para la Healthy Life Extension Society (Heales), una fundación belga enfocada en impulsar el avance de la ciencia y de la medicina del rejuvenecimiento.

Sin embargo, en 2024, nos dimos cuenta de que la velocidad del avance de la ciencia del rejuvenecimiento no estaba como nos gustaría, y que había llegado el momento de actuar más directamente, o sea, tendríamos que empezar a realizar directamente los experimentos necesarios para traer el rejuvenecimiento lo más rápido posible a toda la humanidad. Además, después de 8 años en el área, habíamos llegado a la conclusión de que la total e inmediata divulgación de los resultados de nuestros experimentos sería esencial para que pudiéramos tener un impacto relevante en el área, y entonces decidimos crear el Instituto de la Ciencia del Rejuvenecimiento (ICR), una organización sin ánimo de lucro de carácter científico y tecnológico, con la finalidad de realizar acciones de investigación, educación e innovación relativas a la ciencia del rejuvenecimiento.